Mujer

Blog Eco Sindical: Los derechos de las mujeres son derechos humanos. Momentos de una conquista


Las reivindicaciones de las mujeres para obtener los derechos de ciudadanía se remontan a la Revolución Francesa, cuando se define el concepto de Libertad, Igualdad y Fraternidad, sin embargo las grandes declaraciones no reconocerían a las mujeres. Esta falta de respuesta desde la revolución hizo Olimpia de Gouges, reconocida junto a Condorcet como una de las voces más valerosas de la revolución, escribiera la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en la que reivindicaba la igualdad de derechos de las mujeres en respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (1789).

Posteriormente las sufragistas, en el S XIX, reivindicaron el derecho al voto y a la educación. La lucha por el derecho al sufragio sería larga y difícil. La mujer salía del ámbito doméstico para integrarse en la vida pública, hasta finales del siglo XIX, reservada a los varones. Los países del norte, de nuevo, iban a ser pioneros en establecer la igualdad política por sufragio universal en 1910.

En España, las reivindicaciones feministas comienzan por demandas sociales y la exigencia de derechos civiles. No es hasta la Segunda República cuando se introduce el debate sobre el voto femenino. La Constitución de 1931 se aprobó el 9 de diciembre, introduciendo elementos modernizadores y democratizadores, perfilando el Estado social y democrático de derecho.

Esta Constitución fue la primera y suprema norma legal, que consagró el principio de la igualdad entre el hombre y la mujer frente a la Ley. El artículo 25 decía: “No podrán ser fundamento de privilegios jurídicos: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas ni las creencias religiosas…”. Por su parte, el artículo 40 hablaba de la admisión de todos los ciudadanos y todas las ciudadanas, sin distinción de sexo, tanto para ocupar cargos públicos como cualquier forma de trabajo.

Las primeras elecciones en las que participaron todas las mujeres españolas fueron las celebradas en 1933. Es en la Constitución de 1978 cuando definitivamente la igualdad entre mujeres y hombres se constituye como derecho fundamental.

En cuanto al reconocimiento de los derechos de las mujeres como derechos humanos, hay que esperar a una de las convenciones más importantes en la que se firma el documento de mayor consenso de la historia de la humanidad: La Declaración Universal de Derechos Humanos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en los inicios de la Guerra Fría, cuando todavía dolían las heridas del nazismo y ante las situaciones de injusticia que se vivían en los cinco continentes, varios países sintieron la necesidad de unirse en una organización supraestatal que garantizara el respeto y la dignidad de las personas, y que evitara la repetición de hechos tan lamentables como la vulneración de la dignidad de la persona y el respeto a sus peculiaridades étnicas, religiosas o sexuales. La ONU pretendía con esta Declaración Universal, sentar las bases de un compromiso ético. por el que todos los Estados se obligan a cumplir y hacer cumplir una serie de normas.,

Los Derechos Humanos se sostienen sobre dos pilares esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todos los seres humanos.

La Declaración promueve un conjunto de valores, principios y normas de convivencia que deben conformar esa dignidad humana y la vida en sociedad. Es decir, son los mínimos en que se debe asentar la dignidad y la convivencia. El mínimo inexcusable de justicia y humanidad.

En la Declaración de los Derechos Humanos se consensuó un catálogo de valores y derechos que concierne a todos los seres humanos: hombres y mujeres. Este marco que otorga el título de ciudadanos y ciudadanas, reconoce los derechos culturales de los pueblos, siempre y cuando no entren en conflicto con los principios contenidos en la Declaración.

Otro de los momentos decisivos para el reconocimiento de los Derechos Humanos de las Mujeres y el reconocimiento, por tanto, de la igualdad entre mujeres y hombres, fue

El 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). La Convención fue la culminación de más de 30 años de trabajo de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, órgano creado en 1946 para seguir de cerca la situación de la mujer y promover sus derechos. La labor de la Comisión ha coadyuvado a poner de manifiesto todas las esferas en las que a la mujer se le niega la igualdad con el hombre.

Es en 1993, en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena, cuando la comunidad internacional declaró que «los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales». También se irían acuñando los términos de «indivisibilidad» de los derechos, y «universalización absoluta» de los mismos, no sólo desde una perspectiva jurídica sino también desde un concepto moral y político, como objetivo a alcanzar a largo plazo.

Este fue un gran avance al que siguió la celebración de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres que organizada por las Naciones Unidas se celebró en Beijing (China) en septiembre de 1995, las delegaciones de 189 Estados allí reunidos, adoptaron por consenso dos importantes documentos: la Declaración de Beijing y la Plataforma para la Acción, ambos documentos publicados conjuntamente.

La Conferencia de Beijing fue uno de los momentos más importantes de avance sobre los derechos de las mujeres en todo el mundo. Han pasado veinte años desde entonces, y hoy la desigualdad y la violencia sigue siendo un problema que viven millones de mujeres. Sin embargo, las alianzas internacionales son la red sobre la que se van tejiendo poco a poco los derechos necesarios para la supervivencia, dignidad, libertad y autonomía de las mujeres.

Sin embargo, a pesar de los años de lucha la realidad sigue siendo increíblemente tozuda y las mujeres seguimos siendo discriminadas tanto laboralmente, como en los ámbitos del cuidado, la cultura, los cargos de responsabilidad…o asesinadas a manos de nuestras parejas o exparejas.

UGT comenzó muy pronto a trabajar por las mujeres, aunque los principios no fueron evidentes. En el siglo XIX, la revolución industrial llenó con las fábricas y sus hijos, en horarios de diez y doce horas. Cobraban prácticamente la mitad que los trabajadores, porque entonces se consideraba que el salario de la mujer, era un complemento al del cabeza de familia.

Cuando se funda la UGT, los obreros consideraban que las mujeres eran competencia desleal, por lo que las primeras luchas por la dignidad laboral se orientaron solo al trabajo masculino. Pero nuestras compañeras, a pesar de que fueron ignoradas, pronto se sumaron a la lucha en la calle y la fábrica para ayudar a sus padres y esposos.

Al poco tiempo el sindicato les reconocía su valor y entrega, y lo que es más importante, pasaba a considerarlas compañeras de lucha y asumió sus reivindicaciones.

La lucha histórica de la UGT ha sido decisiva para el reconocimiento de la baja por maternidad, la discriminación salarial, las ayudas al empleo, las medidas de conciliación y un largo camino de reivindicaciones por la igualdad.

A pesar de los más de cien años de lucha, sigue perviviendo la desigualdad. Por esta razón, desde la Secretaría de Salud Laboral e Igualdad de FeSP UGT Andalucía:

  • Analizamos la realidad.
  • Buscamos medidas que terminen con la discriminación y que potencien una sociedad más humana y solidaria.
  • Denunciamos las situaciones de discriminación.
  • Proporcionamos herramientas a las delegadas y delegados para sindicalizar la igualdad.

En UGT, nos preocupan:

  • La brecha salarial por género
  • Violencia de género
  • Conciliación y tiempo de trabajo
  • Feminización de la pobreza
  • La presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la negociación colectiva.
  • Los cuidados y la atención a la ciudadanía desde los servicios públicos.
  • Las discriminaciones por distintas capacidades, orientación o identidad sexual, origen étnico, refugiados, inmigración, edad…

Todos estos temas son muy importantes desde la perspectiva de los Servicios Públicos. Porque somos un Sindicato de Clase, que nos diferenciamos de otros sindicatos por nuestros valores de igualdad, justicia y solidaridad que defiende los intereses todos y todas sin distingo social, profesional y laboral.

Desde UGT defendemos a las trabajadoras y los trabajadores y luchamos por una sociedad donde lo importante sean los seres humanos, y no solo de nuestro país, y no el mercado y las mercancías, tejiendo poco a poco los Derechos necesarios para la Supervivencia, Dignidad, Libertad y Autonomía de las MUJERES.

 

María Acosta Hernández

Sª Salud Laboral e Igualdad FeSP UGT Andalucía

 

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