FeSP UGT Andalucía denuncia que el número de profesionales de baja, a día de hoy, por el COVID-19 casi cuatriplica a los/as ingresados/as en nuestros centros sanitarios
En Andalucía, por cada dos pacientes que dan positivo hay un profesional afectado, de una u otra forma, por COVID-19
FeSP UGT Andalucía califica como absolutamente desastrosa y nefasta, para nuestros profesionales, la gestión de su protección que está llevando a cabo la Consejería de Salud, los datos no pueden ser más concluyentes y trágicos a la vez. En Andalucía, a día de hoy, hay 569 pacientes ingresados en nuestros centros mientras que de baja por COVID-19 tenemos a 2096 profesionales de la sanidad.
Un total de 7575 en todo el Servicio Andaluz de Salud han sido afectados por el virus, de una u otra manera, y son 14394 los pacientes positivos que han atendido durante toda la pandemia, hasta el momento.
En este sentido, la provincia de Cádiz se lleva la peor parte, ya que tiene 1342 pacientes y 1711 profesionales afectados, más afectados que pacientes. Y de estos, el 60% son personal de enfermería con lo que se demuestra que los más expuestos son los menos protegidos. Otra cifra de esta provincia que evidencia la nefasta gestión es que, a pesar de tener casi tres veces menos pacientes que la provincia de Málaga (3492), tiene casi los mismos profesionales afectados que esta (1842). Igualmente dramática es la cifra de Huelva que con 420 pacientes, tiene 405 profesionales afectados.
En el resto de provincias, las cifras son también lamentables: Sevilla con 1387, Granada con 1246, Córdoba con 338, Almería con 331 y Jaén con 315 profesionales afectados. Destacamos que en Sevilla hay actualmente 577 profesionales de baja, en el Hospital Universitario Virgen Macarena hay 267 y en el Hospital Universitario Virgen del Rocío son 204. En el caso de Málaga, el Hospital Universitario Virgen de la Victoria cuenta con 203 profesionales de baja.
Mientras tanto, el Gobierno de Andalucía sigue sin tomar medidas y, semana a semana, la cifra continúa subiendo. Ni los escandalosos asuntos de las mascarillas, ni la confusa determinación mediante test de los positivos entre el personal, ni muchos menos las escandalosas cifras de afectados hacen que nada cambie. ¿Qué más tiene que pasar para que alguien dimita?