LGTBIQ+

«Hay que apostar por una integración sin fecha de caducidad»


Hoy 18 de diciembre, dia interancional del migrante, entrevistamos a SARA COLLANTES, Responsable de Políticas de Infancia y Desarrollo UNICEF Comité Español.

La Entrevista completa está disponible en el Boletín de Aula Intercultural.

“Hay que apostar por una integración plena de los Menores Extranjeros No Acompañados, sin fecha de caducidad”

 
¿De qué manera los servicios públicos se ocupan de los menores extranjeros no acompañados cuando llegan a nuestro país? ¿Cuáles son los pasos a seguir y cuál es la realidad?
Según la legislación española cuando un niño migrante no acompañado llega se le debería llevar a un centro de protección de la infancia. Estos centros son competencia de las CC.AA. Una vez allí está previsto que se evalúe quien es el niño que circunstancias tiene y si es menor de edad para después definir cuál es la mejor actuación de forma duradera, es decir la medida de protección más adecuada por la vulnerabilidad que en muchos casos presentan. Lo que ocurre es que en la situación actual, sobre todo por aumento de llegada de los años anteriores, el sistema de protección de muchas CC.AA se ha saturado y por tanto la calidad de la atención se ha reducido mucho. De manera que se están vulnerando derechos muy importantes de estos chicos y chicas y no se les están brindando ni la atención, ni la protección que necesitan.
 
¿Cuáles son los servicios públicos por los que tendrían que pasar?
Hay muchas diferencias entre CC.AA al ser una competencia descentralizada y no existen pautas comunes de actuación a nivel nacional.
Cuando un niño no tiene referentes familiares o en el caso de los niños autóctonos se le ha retirado la guarda o la custodia a los familiares es la administración autonómica la que asume la tutela de estos chicos y chicas y se establece una medida de protección. La más adecuada es el acogimiento familiar porque una familia es lo más parecido a un hogar, pero no siempre funciona porque no hay tantas familias disponibles. Y a partir de ahí hay diferentes recursos residenciales. La directriz de Naciones Unidas es que estos recursos residenciales deben ser lo más pequeños posibles y parecerse lo más posible a un entorno familiar porque es ahí donde se generan vínculos afectivos y los chicos sienten que se les trata de manera individualizada donde se conoce la circunstancia de cada chico y cada chica.  En muchas ocasiones esto no es así; con un sistema tan desbordado los chicos se quedan en centros de primera acogida saturados durante extensísimos periodos de tiempo, a veces incluso abandonan los centros porque no sienten que tienen una atención adecuada. Hay centros de primera acogida que se han llegado a crear en CC.AA con más afluencia de llegadas cono Andalucía o Cataluña que terminan reconvirtiéndose en centros residenciales ante la incapacidad de generar tantas plazas como son necesarias. El resumen es que hay una gran variedad de recursos residenciales que hay muchos de ellos saturados y que la solución ideal para estos niños y niñas es un acogimiento en familia pero no es una medida tan extensiva en España.
 

Sentía que iba a explotar sentado en el instituto 6 horas diarias sin entender nada y se sentía frustrado y humillado

 
¿Cómo adaptaría los programas de formación que se les brindan que suelen responder a las necesidades occidentales pero no a las expectativas y experiencia de vida que traen consigo estos menores?
Si llegan en una edad de escolaridad obligatoria son escolarizados. Es verdad que hemos detectado algunos retrasos en la escolarización pero en momentos especiales de llegadas muy continuas y numerosas. En estos momentos no existen problemas significativos en cuanto al retraso a la escolarización. Pero la escolarización no lo resuelve todo, de hecho yo recuerdo haber entrevistado a un chico subsahariano en la provincia de Cádiz que nos decía que sentía que iba a explotar sentado en el instituto 6 horas diarias sin entender nada y que se sentía frustrado y humillado. Es importantísimo acompañar la escolarización con medidas de acompañamiento educativo para que sea exitosa. No solo es necesaria una ayuda con la lengua sino también un apoyo psicosocial y un refuerzo escolar. Cuando no llegan en edad escolar obligatoria hay un verdadero problema; no se les está ofreciendo a muchos niños y niñas ningún tipo de actividad educativa ni formativa por la saturación del sistema. Ahora poco a poco se están pudiendo canalizar actividades pero muchas veces no se les escucha, no se tiene en cuenta sus expectativas y esto es fundamental para tener una integración exitosa. Adecuar los itinerarios formativos a esas expectativas va a ser fundamental de cara al futuro. No se trata de tener entretenidos a chicos y chicas sino una vez que están aquí y que no hay garantías suficientes para que vuelvan a sus países de origen hay que apostar por su integración sin fecha de caducidad una integración plena y esto pasa por un exitoso itinerario formativo enfocado a la inserción laboral lo que a día de hoy es una asignatura pendiente.  Nosotros estamos pidiendo una verdadera estrategia de estado en esta transición a la vida adulta de estos chicos muchos de los cuales están abocados a la más absoluta marginación social, no solo por el tema educativo sino también la propia regularización administrativa. Muchos de ellos no están recibiendo los servicios que la ley les reconoce y este es el primer paso porque sin la regularización administrativa no se puede conseguir ningún tipo de integración.
 
En los programas de acogida se aborda de alguna manera los traumas provocados en el proceso migratorio. ¿Cómo es el proceso de inserción? Y ¿Cuál suele ser el proyecto migratorio que ellos traen?
Muchos de ellos vienen de situaciones en países de origen muy complicadas relacionadas con el abandono familiar, institucional y a veces situaciones de violencia intrafamiliar, pueden tener también condición de refugiado o haber sufrido cualquier tipo de persecución. En el caso de las niñas hay casos que huyen de la mutilación genital femenina o de matrimonios forzosos y además de todo esto está el VIAJE. En las entrevistas sale a relucir la gran cantidad de abusos y explotación que sufren muchísimos de ellos y ellas en el camino hacia Europa. 
¿Y qué pasa cuando llegan aquí? Lo que hemos podido comprobar es que la atención emocional y el acompañamiento psicosocial es una asignatura pendiente y esto es muy grave, no solo por todo lo que tienen en la mochila, sino también por lo que supone la experiencia de llegada en cuanto a que el sistema no está dando la respuesta que tiene que dar. No se está produciendo una identificación de las necesidades individuales porque falta personal. Cuando hay psicólogos hemos detectados que en muchísimas ocasiones no hablan las lenguas de los chicos esto es un hándicap para los propios chicos que sienten frustración. Por tanto falta más personal con la especificación suficiente con el conocimiento de idiomas suficiente o bien con el apoyo de mediadores culturales que puedan hacer de este tipo de trabajo una terapia exitosa. Tenemos tantos ejemplos de que cuando se trabaja bien también a nivel de apoyo psicosocial se produce un cambio muy importante en la vida de estos chicos y chicas porque se estabilizan y pueden pensar en empezar una vida aquí.
 

Nos preocupan los episodios tan graves de actos de odio, de racismo y de estigmatización de estos menores cuando la gran mayoría de ellos nunca ha cometido ningún delito y luchan cada día, a pesar de que el contexto que tienen es muy adverso, por salir adelante e integrarse en nuestro país.

 
En los últimos meses los centros de menores, como el de Hortaleza en Madrid, están en el foco mediático. ¿Cuál es la realidad de los centros, existen recursos suficientes para la cantidad de menores?

Es obvio que no existen recursos suficientes. No es el único centro que están viviendo capítulos muy importantes de saturación incluso de sobreocupación, nosotros hemos visitado centros en Andalucía, Ceuta y Melilla que realmente tienen situaciones similares de sobreocupación, en algunas ocasiones hemos llegado incluso a calificarlo de riesgo por la saturación tan importante que tenían y en un contexto de sobresaturación no se puede trabajar. Es una carga también muy fuerte la que se le ponen a los propios trabajadores de los centros y al propio sistema. Es un personal con una carga de estrés enorme y que tiene poco acompañamiento para poder llevar a cabo un trabajo de calidad. En este contexto, en muchas ocasiones, los chavales abandonan los centros. Se producen situaciones de mala convivencia porque no hay espacio vital, no hay un disfrute de itinerario formativo y los chicos no sienten que hay vínculos afectivos que se pueden ir creando. Es un clima muy tenso que crea efectos colaterales. Sin embargo lo que más nos preocupa de lo que está pasando en Madrid son los episodios tan graves de actos de odio, de racismo y de estigmatización de estos chicos y chicas cuando la gran mayoría de ellos nunca ha cometido ningún delito y luchan cada día, a pesar de que el contexto que tienen es muy adverso, por salir adelante e integrarse en nuestro país. 

 
Hay una parte de la sociedad que insiste en relacionar Menores Extranjeros No Acompañados con delincuencia e inseguridad, ¿A qué peligro nos enfrentamos si no se combaten estas afirmaciones con argumentos?
La sociedad española siempre se ha caracterizado por ser una sociedad de acogida, una sociedad solidaria y paradójicamente el brote más fuerte de racismo se está dando en relación con niños y niñas. No olvidemos que son niños y niñas menores de 18 años que necesitan un enfoque de protección para además conseguir también que se integren en nuestro país. Es muy preocupante el uso del término negativo MENA; es un término que nosotros obviamos siempre porque tiene una carga muy negativa y estigmatizante. Parece que usándolo nos olvidamos realmente de que hay un niño detrás. Es muy fácil utilizar este discurso de odio dirigiéndolo hacia unas siglas que no dirigiéndolo hacia un niño o una niña en concreto que nos haga pensar en los niños que tenemos en nuestras familias, en nuestro barrio o en nuestro vecindario. Es muy grave porque se está identificando a niños no acompañados con delincuentes, eso no es así, la gran mayoría no ha cometido ningún delito. Es además una vulneración fragrante de la presunción de inocencia que se le reconoce a todos los seres humanos. Los ataques que se están produciendo y las manifestaciones en contra de ellos podrían llegar a constituir delitos de odio que hay que investigar. No podemos consentir que estos comportamientos se normalicen y empecemos a convivir con ellos con toda la naturalidad; son conductas que tienen que cesar lo antes posible. Por supuesto que la atención tiene que mejorar por supuesto que hay algunos casos de chicos que tienen particularidades o dificultades de integración social y que tienen que recibir una atención individualizada con recursos y personal especializados para que estos chicos se ubiquen mejor se estabilicen y puedan tener más posibilidades de integración pero no se puede estigmatizar y culpar a un grupo global de los males de un barrio con acusaciones totalmente infundadas o basadas en generalizaciones, prejuicios o en evidencias muy frágiles. 
 
¿Qué cambios en las políticas públicas tendrían que darse para dar salida y garantizar la integración de los menores?

Como estamos hablando de la criminalización y el estigma creemos que es fundamental dejar de hablar de MENAS y hablar de niños y niñas.  Pedir el compromiso de todas las fuerzas políticas para no seguir estigmatizando a los niños migrantes no acompañados porque ante todo y sobretodo son niños y niñas y además como estamos pidiendo hace falta una verdadera estrategia política a nivel nacional, que apueste por una integración real y plena de estos chicos y chicas en nuestro país y esto pasa por un reparto más equilibrado de la responsabilidad en toda España. Esto pasa por tener estándares comunes, por tener mecanismos que supervisen el trabajo que se está haciendo. Es necesario también que se apoye al personal y haya personal suficiente y quizá lo más importante; que haya una idea clara de que queremos con estos chicos una vez que cumplen los 18 años. Es fundamental que desde que ingresan en el sistema de protección se esté pensando en escucharles y en generar los itinerarios más exitosos para que puedan contribuir a nuestra sociedad e integrarse plenamente en nuestro país.

 

Cuando cumplen 18 años el sistema se desentiende y quedan en la más absoluta marginación social

 
¿Qué pasa después, cuando dejan de ser menores…?
En muchos casos el sistema se desentiende completamente de ellos. Ellos cuando llegan aquí tienen derecho a un permiso de residencia, el problema es que cuando llegan en edades próximas a la mayoría de edad como se están produciendo retrasos importantes en la tramitación muchas veces alcanzan los 18 años si tan siquiera haber obtenido el permiso de residencia al que tienen derecho por el simple hecho de haber estado tutelado en España como menores de edad. Luego tienen algunas posibilidades de continuar en situación regular pero los requisitos son muy difíciles de cumplir, se les exige una renta mínima para poder subsistir o un contrato a tiempo completo. De hecho hay plazas para ex tutelados para chicos que cumplen los 18 años en algunas comunidades autónomas y Ong´s pero ni si quiera las plazas están siendo capaces de dar cobertura a todos los chicos que hay. Cuando cumplen 18 años en el comedor del centro le cantan cumpleaños feliz para después coger las maletas, irse a la calle y encontrarse en la más absoluta marginación social. Hace poco me presentaban a un chico que iba a cumplir 18 años y solo me decía: “dentro de 2 meses es mi cumpleaños y me voy a ver en la calle”. Es el gran drama que tenemos delante en términos de cohesión social. Una sociedad cohesionada debería saber responder a este desafío correctamente, no debería permitirse tener a grupos enteros de personas en la más absoluta marginación social.